27 de mayo de 2011

Misterio de Littleville






El virólogo de ojos castaños, recién graduado en la universidad de Michigan, lee un artículo en Science (Ciencia) titulado: “Mistery of  Littleville” (El misterio de Littelville) El artículo refiere que en esta población de cinco mil almas del estado de Nebraska todos tienen los ojos azul celeste y la extraña manía de lamerse las palmas de las manos antes de atusarse el pelo. Cada año peregrinan a Littleville investigadores de múltiples  disciplinas científicas dispuestos a desentrañar el misterio.

Cuando el virólogo de ojos castaños cierra la revista, se despide de su amigo genetista de ojos negros y se dirige a la estación central de Michigan con una maleta que contiene unas cuantas mudas de ropa, y un maletín con su microscopio electrónico. Allí compra un billete de ida con destino Littleville. Cuando llega y se instala en la pensión Nebraska, cae la primera nevada del invierno. Después de pasar varios días tomando muestras de la mucosa nasal de los habitantes, se encierra en su habitación y las estudia bajo su microscopio electrónico. Una noche, tras semanas de observación, aisla una cepa endémica de virus gripal, a la que bautiza como A/Littleville/2011. Obsesionado con su descubrimiento, dedica los seis días y cinco noches siguientes a descifrar el genoma del nuevo virus. La quinta y última noche, ya al borde de la extenuación, descubre disimulados entre la cadena de RNA viral, a dos genes gatunos, a los que bautiza como CC (celeste color) y LTPOTHATTH (lick the palm of the hands and trim the hair). Entusiasmado, el virólogo de ojos castaños telefonea a su amigo genetista de ojos negros para que acuda de inmediato a Littleville. Juntos emprenden una rigurosa investigación genética sobre los gatos del pueblo con la colaboración de los dueños de los animales. 

Al final del invierno concluyen que los genes CC y LTPOTHATTH habían pertenecido al siamés del bisabuelo del tendero, Mr. Hammond, y se habían ido transmitiendo a los pobladores, de generación en generación, durante cuatro décadas de epidemias gripales. Antes de publicar un artículo conjunto en Science titulado: “Unravelling the mystery of Littleville” (Desentrañando el misterio de Littleville) el virólogo de ojos castaños y el genetista de ojos negros enferman de gripe. Al año siguiente, les conceden el Nobel de Medicina. Antes de recoger el premio, el virólogo y el genetista, visiblemente emocionados, se lamieron las manos y se atusaron el pelo frente a las cámaras, sus ojos color celeste empañados por las lágrimas.


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