Kafka encontró el manuscrito de La Metamorfosis abierto encima de su escritorio. Gregorio Samsa se había escapado de sus páginas. ¿Dónde había ido a parar aquel escarabajo gigante? Lo encontró sentado a la mesa del comedor, junto al padre, la madre y la hermana de Kafka, los cuatro mojando alegremente bizcochos en el café con leche. Gregorio Samsa señaló con una de sus patas a Kafka como culpable de su desgracia. El padre de Kafka, indignado, desheredó a su hijo, le expulsó de casa y adoptó a Gregorio Samsa como mascota.
jajaja, otra barbaridad de micro:)
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