Después de que la mujer elástica y el hombre forzudo hubieran practicado por primera vez acrobáticas posturas amorosas, en su roulotte, a la hora de la siesta, él, tierno y solícito, vuelve a encajarle a ella los húmeros en las escápulas, los fémures en los acetábulos, los radios en los escafoides. Ninguno de los dos ha disfrutado tanto nunca.
Hola...Jose' Padilla te saluda desde california; Esto me recuerda que como Ser Humano y Espanhola lo querras todo, Ya Nietzche,refiriendose al Pueblo Espanhol, digo que "Enloquecio',una vez en La Historia y lo quizo todo".Por lo Tanto El Ser Perninaz,Suspicaz y Tenaz como minimo Te hace lo que realmente eres....Me gusta como Escribes,entre otra cosas...Esa Descripcion del la fundicion de los Metales Me Invitan ineludiblemente a La Imaginacion...y mas . Qu'es tes Bien.
ResponderEliminarjajaja, qué barbaridad de micro:)
ResponderEliminarGracioso juego de encajes. Un placer leerte. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Rubén. Saludos para ti.
Eliminar