18 de septiembre de 2012

Defectuosa



 






 El reverendo sostuvo a la mujer bala de plata, bella y diminuta, sentada en la palma de su mano, antes de cargarla en el pistolón. Después  se adentró en el bosque, bajo la luna llena. Cuando el hombre lobo le salió al paso, le disparó al corazón. Justo antes del impacto, la mujer bala desvió su trayectoria. Quedó alojada para siempre entre la punta del ventrículo del hombre lobo y su quinta costilla izquierda.