25 de enero de 2011

Pierdebigotes

Al final de la noche, el bigote postizo de nuestro amigo lampiño acabó flotando en su Rioja. Él, achispado, lo tendió a secar al borde de la copa. Después sacó un mostacho prusiano de repuesto que guardaba en el bolsillo de su vaquero y lo pegó sobre el borde de su labio superior. A la mañana siguiente despertó, desbigotado  por segunda vez, entre la sàbanas de una go-go, el mostacho enmarañado en el vello púbico de la chica dormida.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho ese microrrelato. Sigue publicando que te seguiremos la pista. Un abrazo

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  2. Con esta décima cubana
    quiero hacerte un comentario
    y no es más que un corolario
    a la que "puede" ser más ufana.
    Esa solidez que emana
    de tus síntesis que valoro
    solo es muestra del tesoro
    que conservas en tu mente;
    como tú, ¡hay muy poca gente!,
    Carmen de la Rosa Moro.

    Saludos y prosigue

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  3. Gracias a Dianelis y Raúl. Buena décima cuabana

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