15 de febrero de 2011

Muda

Cuando la niña despertó de la anestesia le dolía terriblemente la garganta. Sobre la mesilla de noche había un tarro transparente relleno de un líquido verdoso, en el que flotaban dos bolitas de carne. Puedes llevártelas a casa, son tus amígdalas, dijo el doctor. Ella abrió la boca para gritar, pero también le había extirpado la voz.

2 comentarios:

  1. ...a mi
    mal me
    dejaron
    extirpadas
    mis ya no
    amigdalas
    se pasa
    fatal y
    del mal
    el menos
    seguí con
    voz...


    SALUDOS CARMEN
    me elegraria os gustara " mi señor de la rosa "
    ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION


    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

    José
    Ramón...

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  2. Gracias por tus poéticas palabras, José Ramón.

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