La puerta de la calle estaba abierta. Encontró unas botas manchadas de barro encima del sofá del salón y un pantalón arrugado sobre la alfombra. En el agua del jarrón que había sobre la mesa del comedor flotaba una camisa a rayas blancas y azules. Su padre, en calzoncillos, segaba el césped bajo la lluvia.
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